A la par del proceso de integración económica que estructura el bloque MERCOSUR, se han producido complejos fenómenos sociales y políticos que afectan directa e indirectamente a las sociedades de los Estados Miembro. En este sentido, la migración intra-regional, de flujos poblacionales en dirección Sur-Sur, evidencia una larga historia de contactos en Sudamérica. A través de una dinámica socio-económica de atracción (“pull”), Brasil y Argentina se fueron configurando como los principales lugares de destino elegidos por los migrantes provenientes de países limítrofes. La actual presencia de ciudadanos de origen boliviano, paraguayo y peruano en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se debe, en gran parte, a las ventajas comparativas que la economía local históricamente ha presentado, donde un alto nivel de demanda en determinados nichos laborales -frecuentemente de baja calificación y en condiciones de informalidad- permitió desarrollar la migración como una estrategia de subsistencia fuera del país de origen a partir del progresivo envío de remesas en dinero que contribuían al sustento del núcleo familiar. Al mismo tiempo, las cadenas migratorias, así como las redes, han cumplido un importante papel en el proceso de establecimiento definitivo de muchas familias migrantes en Buenos Aires. De esta forma, si bien en un principio la motivación de los migrantes se vinculó a las posibilidades laborales y de mejora cualitativa de la calidad de vida, con el correr del tiempo, y luego de las distintas desestabilizaciones económicas vividas en la Argentina, el aspecto económico no debe ser considerado como la explicación unívoca de la migración regional hacia Buenos Aires. Dada la importancia numérica que actualmente representa el colectivo paraguayo en Argentina, según los datos del último Censo Nacional de Población, nos interesa particularizar en este estudio sobre sus formas de integración en Buenos Aires. A partir del trabajo que venimos realizando desde el área Migraciones del CIDAC-Barracas y mediante un enfoque etnográfico, procuramos realizar un recorrido teórico que contemple los procesos de integración de dichos ciudadanos en función del nuevo paradigma normativo argentino que reconoce la migración como un derecho humano. Se trata de abordar analíticamente las condiciones de empleo en que los migrantes se insertan y los espacios colectivos de socialización donde estos sujetos se reconocen como “trabajadores” y “paraguayos”. Vale señalar que, lejos de entender a la integración en un sentido armónico, consideramos que se trata de “una expresión de voluntad política que refleja las tensiones y contradicciones de una realidad social conflictiva y desigualitaria” (Domenech, 2005: 2). Nos proponemos, por un lado, delinear algunas tendencias históricas de la inserción laboral de los migrantes paraguayos en el sector de la construcción, analizando el ámbito del trabajo no sólo como una actividad económica sino también como un espacio de socialización y de formación de una identidad étnica. Por otra parte, indagando alrededor de la experiencia de migrantes paraguayos en una asociación de trabajadores, relevamos cómo esas etnicidades nacionales re-construidas a través de la migración se articulan con el discurso de la integración ciudadana en la sociedad de destino, dando lugar a identidades más amplias que los ubican como actores sociales en la lucha por la reivindicación y/o el mantenimiento de derechos. En síntesis, exploramos en profundidad la manera en que las dimensiones de nacionalidad y ciudadanía entran en juego en el contexto de la migración, partiendo de un estudio de caso donde la construcción étnica del “paraguayo en Buenos Aires” se complementa con la percepción de sí mismos como sujetos de derecho.

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